Es
responsabilidad del técnico seleccionar la combinación de factores de exposición
que proporcione la calidad radiográfica deseada para cada región del cuerpo y
estandarizar esa calidad.
Una vez
establecido el estándar, las desviaciones deberán ser las menos posibles.
Los factores
básicos deben ajustarse al paciente individual para mantener una calidad
uniforme en toda la gama de sujetos. Sin embargo, no hay que esperar que los
factores correctamente equilibrados proporcionen la misma definición en todos
los casos, ni que una combinación de factores de exposición consiga el mismo
contraste estándar en todos los niños.
Al igual que
varía el color del pelo, algunos niños tienen marcas trabeculares óseas finas y
definidas y otros no.
Al juzgar la
calidad de las radiografías, hay que tener en cuenta las anomalías y las
variaciones congénitas, los cambios relacionados con la edad y alteraciones
patológicas. Los lactantes y preescolares tienen las condiciones que requieren
menor exposición a la radiación.
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